Nick Cave dice que tuvo una experiencia "trascendente y espiritual" en el concierto de Radiohead
El líder de Nick Cave and the Bad Seeds, de 68 años, abraza una variedad de prácticas "espirituales" -desde nadar en el lago hasta ir a la iglesia y meditar- pero sostiene que nada rivaliza con la trascendencia de la música en vivo.
El líder de Nick Cave and the Bad Seeds, de 68 años, abraza una variedad de prácticas "espirituales" -desde nadar en el lago hasta ir a la iglesia y meditar- pero sostiene que nada rivaliza con la trascendencia de la música en vivo.
Cuando se le preguntó en su blog Red Hand Files si va a conciertos de otros artistas, respondió: “Cuando estoy de gira, lo último que quiero hacer es ir al concierto de otra persona. Me siento sobrecargado sonora y emocionalmente, y la experiencia en vivo es simplemente demasiado intensa. Sin embargo, he tenido un par de meses de descanso de las giras, la vida se ha calmado y, para mi sorpresa, Jordan, he tenido ganas de ir a ver música en vivo”.
“En los últimos meses he asistido a muchos conciertos, noches increíbles, todos ellos, incluyendo a Bob Dylan, Swans, Radiohead, Cameron Winter y Dirty Three.
El músico australiano cree que la música en vivo tiene "la capacidad de reparar el mundo con su bondad”, abundó.
Cave continuó: “En el concierto de Radiohead en el O2, estaba sentado entre veinte mil personas. Curiosamente, era la primera vez que estaba entre el público en un espectáculo tan multitudinario, y me quedé atónito por la intensidad del amor que se respiraba en la sala: la gente bailando, gritando, llorando, abrazándose, agitándose”.
“Me impactó darme cuenta de lo poderosa que es la música en vivo: que un grupo de personas puede unirse y crear un sonido único, y que la gente puede conectar con esa visión distintiva como si fuera su propia experiencia. Pude sentir su cualidad moral, como esta fuerza singular tiene la capacidad de reparar el mundo con su bondad”, agregó.
Reflexionando sobre el poder de las presentaciones en vivo, Cave contrastó sus prácticas espirituales con la energía única de los conciertos, y añadió: “Participo en diversas actividades espirituales: nado en un lago, voy a la iglesia, camino por la naturaleza, medito, pero ninguna ofrece la oportunidad trascendental de un concierto en vivo”.
“Es una forma de actividad humana que irradia bondad, abriéndose paso entre la multitud y llegando al mundo como una fuerza cósmica y reparadora, mejorando las cosas, manteniendo al diablo a raya. Creo que el público de Radiohead respondió no solo a la música, que era asombrosa, sino también a la valentía de los intérpretes: la valentía de pararse frente a una multitud y ofrecer sus almas. Como todos los presentes, me sentí profundamente conmovido y honrado”, concluyó.
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